lunes, 14 de febrero de 2011

Los niños, ¿Por qué los niños?

Se hacen campañas desde noviembre para que en diciembre  no haya pólvora. Para que los niños no utilicen algunos elementos con los cuales puedan quemarse. Sin embargo, los casos se presentan a diario. La noche de las velitas fue, nuevamente, desastrosa en todo el país. El 24, también hubo muchos niños quemados. Hasta hoy, las estadísticas cuentan, por encima, 164 niños quemados. Dos de ellos murieron.

No es para decir que en Colombia habrá menos quemados que el año anterior o que las estadísticas favorecerán la suerte de muchos niños.

Padres que dejan solos en casa a muchos niños. Estos utilizan pólvora y se queman. Padres que dejan que sus hijos jueguen con ese veneno y también se queman. Padres que se dedican a jugar con pólvora en presencia de los pequeños y los queman. Es decir, padres irresponsables que luego correrán con sus hijos a hospitales, clínicas y centros de salud para que les salven un ojo, las manos, los deditos.Después, lloran contando la triste historia de sus hijos quemados.

Primero, casi treinta segundos de alegría y luego, en el mejor de los casos, permanentes cicatrices no solo en el corazón, sino en diferentes partes del cuerpo.

Prensa, radio, televisión hacen llamados, pero nadie atiende. Cada día informan sobre los niños quemados. Los adultos familiares o padres nada dicen. O se hacen los locos.

Qué bueno empezar a cuidar los niños y niñas en este país. Talleres para los padres, encuentros con los educadores en escuelas y colegios en la sección de primaria. Que padres, familias, profesores, niños y niñas entiendan que las campañas de prevención son importantes.

¿Por qué cruzarnos de brazos y dejar que los niños y niñas tan indefensos no nos importen? Qué bueno iniciar una campaña, así sea en nuestra ciudad, en defensa de niños y niñas.

Que se prohíba definitivamente el uso de la pólvora en Colombia, no por ciudades. Que se castiguen padres y adultos que motiven a los niños a utilizar pólvora. Que haya cárcel para los que destrozan vidas de pequeños, porque se deleitan con la pólvora.

¡No más! ¡Por favor, entendamos que esos niños y niñas merecen vivir sanos y llenos de energía!

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